El Silencio, agonía pesada de llevar,
Cuando en la espera de lo amado
Se desvanece la ilusión;
Y la sonrisa, en el frio caminar.
¿Qué de mi mano que tomaba tu calor?
¿Qué del brillo de mis ojos al contemplar tu faz?
Helada mi mano y secos mis ojos
De tanto esperar sin parpadear.
Si tan solo el viento me hablara de ti,
Si la luna celosa no fuera
Y te reflejara en ella para mi,
¡Alivio sereno seria al fin!
Vuelve Caballero errante de la vida,
Vuelve y no te escondas mas,
Que si alma nueva he de usar,
En la alcoba esperando ella esta.