sábado, 8 de diciembre de 2012

Falacia



Necesito de ti, de tu abrazo, de tu tibio beso.
De tus palabras confesando amor eterno,      
Que no hay nada mas importante que mi calor
y  que el fruto de mi vientre.
Necesito tu segurad de que todo saldrá bien.
Valla falacia en que he vivido,
el mejor cuento de Adas jamas leido.
Pesadilla eterna de la princesa
el caballero convertido en Ogro deborador de corazones.
Rasgado esta mi pecho, sangrando mi dignidad.
Pisoteada esta mi alma.
Entumida mi razón.
Necesito tanto de ti, pero me haces tanto daño.

Labios Secos

¿A que saben los besos cuando son de fierro?
¿Cuándo se encajan fijos y sin conciencia?
¿A que saben los labios que impunes hablan de amor y ruego?
Tus besos saben a engaño desabrido,
Mordaza que envenena en cada suspiro.
Tus labios insípidos de deseo,
Fríos susurros de desaliento.
Sabido es hoy mi desosiego, en público clamo, gimo y quejo.
Mas no hay consuelo que valga o cure, que así lo acepto y así yo muero.
Has aventado la cana al aire, y paciente espero que crezca el pelo.

viernes, 13 de julio de 2012

Plegaria



 En todo lo que puedo pensar, ¡Oh Dios! Es en él.
A veces presiento que él me llama,
A veces pienso que él me piensa.
Y a veces solo quiero volver a estar con él,
Hablar con él, 
¡Reír junto a él!
A veces, hasta creo que él me ama.
Señor, ayúdame a olvidarlo,
A no evocarlo y a dejarlo en el pasado,
En aquel pasado, obscuro y distante,
Y que se quede ahí, donde pertenece. 


martes, 29 de mayo de 2012

Quedate...

Quédate para morir de desengaño
Es mejor que morir evocando.
El águila no vuela más,
Tiene rota las alas y el corazón vacío.
Quédate, hazle compañía,
No la mires, no la mimes,
Solo quédate.
El geranio no tarda en brotar,
Y el jazmín ya el aroma rebosa.
Quédate, y ayúdame a morir.  


domingo, 13 de mayo de 2012

Sombra



No te sientas alagado,
Yo le escribo al deseo,
A la luz de media luna,
Por efecto del destierro.
No te engríes no es tu causa,
Es defecto de crianza.
No te sientas satisfecho,
Que solo rimo prosa y danza.

Marcha Funebre




¿Por qué te extraño de repente?
¿Por qué te nombro en mi silencio?
¡Termina ya de irte!
No dejes rasgos en tu ausencia.
No me maldigas por recordarte,
No es culpa mía sino tuya,
Al permanecer entre la sombras,
Me das razón para pensarte.
¿Qué te costaba revelarte?
¿A caso el miedo de perderme?
Anda, rie a carcajadas,
Se feliz a cuesta mía.