Algunas veces todo lo que puedo sentir es coraje de ser quien soy,
de venir de donde vengo y de no tener definido mi destino.
Tengo rabia de vivir, desespero por morir y ansias de que un milagro suceda.
Son momentos como estos cuando realmente necesito a mi padre cerca,
su fortaleza, su consejo, sus fabulas misteriosas y aquel cuento de Adas.
Son momentos como estos que quisiera ser niña nuevamente
sentarme en el regazo de mi madre y sentir su cálido beso en mi mejilla.
Cuando la impotencia de vivir apremia, todo lo que quiero, es a Dios en mi interior.