domingo, 15 de noviembre de 2009

Apelación a Morfeo


Cierro los ojos con la intención de no despertar

¡Tremendos desobedientes!

Busco en el armario de los sueños

Al Morfeo del sueño eterno,

y solo encuentro su silencio;

Las palabras se alzaron en el viento,

Como dagas proclamaron libertad,

Solo a cambio del fruto de mi vientre.

Desesperanza y vacio señalan mi destino;

Embriagada estoy en vesania, acurrucada como un feto,

Los fantasmas de la culpa me apuntan con el dedo,

Bailoteando en la soledad obscura de mí cuarto.

¿Qué me queda?

Las ilusiones mas solemnes se desvanecen

Como brillos saltarines en la obscuridad,

La esperanza, tan vieja y gastada, que el desgano prevalece,

¡Oh Morfeo, Bésame eternamente!