Fuiste creado el día que te conocí,
Ronca voz y sonrisa cínica.
De ojos negros y piel morena.
Fuiste concebido entre pensamientos y
deseos,
Entre desilusiones rotas que buscaban sanación.
Te parí con dolor, angustia y culpa.
Como todo hijo te revelaste, deseaste no
haber nacido.
Despreciaste el seno que te alimento,
Que te acaricio en algún momento de
debilidad.
Saliste corriendo conectado aun al cordón umbilical
Alejándote a paso apresurado, sangrando y
atemorizado.
Entre rabia y amor te bebes los días en
vasos de olvido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario